El aislamiento social en el adulto mayor es una situación frecuente en los adultos mayores. El anciano siente una falta de compañía, de afecto y de apoyo que se agrava por la carencia de relaciones sociales de calidad. Entre las posibles causas se encuentran varias circunstancias a las que el anciano debe hacer frente en esta etapa de la vida: la jubilación, la dificultad para encontrar amistades nuevas, la existencia de cierto rechazo por parte de la sociedad y, de forma muy destacada, la viudez y la pérdida de otros seres queridos. Las cosas han cambiado, y las personas con las que solía compartir su tiempo ya no están. Se puede dar entonces la soledad y el aislamiento en la vida diaria del adulto mayor.
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¿Te imaginas que de repente tu vida estuviese rodeada de gente atareada con sus móviles, sus ordenadores, sus trabajos y con unas preocupaciones que tu no compartes ni entiendes?. Además de que buena parte de tus iguales, ¿ya no estuvieran presentes?. Esto es lo que sienten muchos adultos mayores, lo que hace que caigan en un aislamiento social y en una soledad que hacen que su vida diaria tenga cada vez menos sentido. Las ganas de hacer cosas disminuyen, el sentirte extraño o extraña en un mundo que no es el tuyo hace que te sientas que no vales para nada, que ya no eres útil con todo lo que tu aportabas en tus etapas de vida anteriores. A esto le unimos que tu cuerpo ya no responde como antes, ya no estás ágil, necesitas ayuda física para realizar algunas cosas y tendrás más dependencia de otras personas.
” Si dejamos que los adultos mayores caigan en el aislamiento social, el sentimiento de soledad es tremendo, afectando a su bienestar emocional pero también físico.
Estudios de la Organización Mundial de la Salud consideran el aislamiento social en el adulto mayor como un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades en los adultos mayores. Dada la íntima comunicación que hay entre los sistemas nervioso e inmunológico. Si ayudamos a que esto no ocurra, no solo estaremos ayudando a que se encuentren mejor psicológica y emocionalmente, sino que también estaremos mejorando su bienestar físico.
En la residencia Olimpia promovemos las relaciones sociales e intentamos dar ese apoyo social que necesitan los residentes. La empatía es una cualidad que posee cada una de las personas que conformamos el equipo de la residencia.
Además de la familia como red social de apoyo, existen otras redes significativas: amigos y conocidos, vínculos profesionales y entorno laboral. Con la jubilación estas redes pueden verse mermadas, hay menos ocasiones en las que se produce una interacción social, y estas ocasiones hay que generarlas, ya no se dan por sí mismas.
Más tiempo libre
Otro aspecto fundamental en esta nueva etapa, es la disposición de mayor cantidad de tiempo libre. Esto significa una reorganización de la rutina; durante la actividad laboral, el tiempo brindado a otras tareas giraba en torno al horario de trabajo. Con la jubilación, generalmente el adulto mayor es el responsable directo de la distribución de su tiempo y del emprendimiento de nuevas actividades. Cuando esta reorganización no es exitosa, si no hay iniciativa en realizar nuevas tareas que lo mantengan activo, el adulto mayor podría verse afectado en su ánimo y reducir su interacción social al ámbito intrafamiliar, mermando así sus vínculos sociales. Los sentimientos de baja autoestima, aburrimiento e inutilidad son escenario suficiente para provocar la soledad social.
Es importante en este punto destacar que, en esta etapa, el adulto mayor debe tener un concepto de sí mismo de persona útil, de persona necesaria para la sociedad y de persona que aporta a los demás. La soledad, como percepción cognitiva, dependerá de los significados que se construyan en torno a esta nueva realidad y principalmente de la imagen que el adulto mayor tenga de sí mismo.
El vínculo entre iguales es un vínculo particularmente interesante para que el adulto mayor encuentre su sitio. Se genera una conexión, empatía un sentir de “estar en el mismo barco” que hará que el aislamiento social en el adulto mayor no ocurra. En conclusión, el vínculo con amigos supone una socialización ativa y un mayor nivel de intimidad. Con la vejez, este círculo de amigos, de confianza, de compartir va disminiyendo y se produce una modificación en los contactos sociales del adulto mayor. Sin embargo, que exista una alteración en los vínculos no significa que necesariamente deba aparecer el sentimiento de soledad en la vejez.
Teoría de la actividad
Para evitar este aislamiento social, no se trata de que el adulto mayor esté todo el tiempo haciendo algo por hacer. En la “Teoría de la actividad”, que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX se indicaba que la pérdida del rol del anciano dentro de la familia como “transmisores de la tradición” y el hecho de no tener una función laboral, requería de la realización de actividades para compensar estos hechos. Sin embargo, no se trata de realizar actividades cuya única finalidad sea “hacer algo”, sin un fin en sí mismo. Por el contrario, deben tratarse de actividades significativas que respondan a los deseos del propio adulto mayor y le permitan sentirse autónomo y válido. Las actividades que ofrecemos deben estar entonces, íntimamente ligadas a los intereses de los adultos mayores.
Conclusión
En la residencia Olimpia nos preocupamos porque los adultos mayores encuentren en esta nueva etapa de vida: un sentido, un propósito. Ahora pueden dedicarse, en la medida que cada uno pueda, a sí mismos, a sentirse bien con su situación. Cada día les ayudamos a tener una buena razón para abrir sus ojos y aprovechar ese nuevo día que le da la vida. Cuando tienes un motivo poderoso para levantarte cada día, eso hace que te mantengas activo si o si, que tus ganas de vivir y el sentir que eres necesario o necesaria en la vida de los que te rodean hacen que el aislamiento social en el adulto mayor no toque a tu puerta.
Asi que, ayudando a los adultos mayores a dar sentido a su vida, estamos cumpliendo nuestro propósito. Tenemos la suerte de acompañar a adultos mayores que son un gran ejemplo de personas con unas ganas de vivir inmensas, y de vivir a tope, cada uno dentro de sus posibilidades. Asi que, aprendemos cada día a su lado a aprovechar la vida, y a ser resilientes con lo que nos pasa.
En residencia Olimpia aportamos de esta manera, nuestro granito de arena para un mundo con personas más felices y en paz.
Referencias consultadas
- El aislamiento social durante la vejez empeora el deterioro cognitivo, conductual e inmunitario. Lorena Arranz, Lydia Gime ́nez-Llort, Nuria M. De Castro, Isabel Baeza yMo ́nica De la Fuente. Recuperado de https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatria-gerontologia-124-pdf-S0211139X09000274
- Soledad en la vejez. Valentina Ferrari Borba. Recuperado de https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/6332/1/Ferrari%2c%20Valentina.pdf
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